• Instagram
  • Facebook
  • Youtube
  • Twitter
  • Mail
Tabernaculo El Redentor
  • Inicio
  • Iglesia
    • Nuestra Iglesia
    • Nuevo Visitante
    • Campaña Pro-templo
    • Pastor David
    • Contactar
      • Horarios
  • Sermones
    • Todos los sermones
    • Sermones Mañana
    • Estudios Bíblicos
    • Sermones Noche
    • Sermones – Solo audio
    • Búsqueda de Sermones
    • Sermones con transcripciones
    • Videos
  • En Vivo
  • En Acción
    • TBB en acción
    • Misiones
    • Iglesia El Redentor Guadalajara
  • Noticias
    • Las Últimas Noticias
    • Fotos de TBB
  • Eventos
    • Nuestros Eventos
    • Esgrima Bíblica 2025
    • Anuncios
  • Donación
  • Buscar
  • Menú

Querida mamá, descansa en el Señor

Mayo 11, 2025 – 2:00PM | Exodo 33:14 | Carmen Aguilera

Descargar Texto: Sermón en PDF

Etiquetas: carmen aguilera, exodo, mayo 2025, transcripcion

TRANSCRIPCIÓN

¡Pero miren qué belleza de mujeres tenemos en esta iglesia! Miren alrededor, porque siempre estamos bellas, pero hoy nos hemos puesto de lujo. Hoy nos hemos preparado, y no solamente aquellas que tenemos hijos, sino todas las mujeres. ¡Qué bendición de Dios! De eso vamos a hablar: del plan maravilloso de Dios. 

Algunas veces hay madres que tienen hijos, y otras que son madres espirituales. Pero en cada mujer está reflejada esa naturaleza poderosa del amor de Dios.

Empecemos en oración: Padre nuestro, Señor bendito, alabado sea tu santísimo nombre. Te pido perdón por mi falta, Señor. Sabes que a veces te fallamos, pero sabes cuánto te amamos. En este día que estamos celebrando el día de las madres, de mujeres fuertes, guerreras, que tú has puesto alrededor de nosotros aquí en El Redentor y en el Redentor extendido, el internacional. Cada una de las madres y mujeres del cuerpo de Jesucristo, queremos celebrar este día, pero queremos celebrarlo con la mirada puesta en ti, con la mirada en el Dios que todo lo puede, en el Dios maravilloso, en ese Dios que nos eligió, que nos trajo, que nos salvó. Señor, que tu Espíritu Santo esté en este momento tocando el corazón de todos, pero específicamente de cada mujer que está en este lugar y que está escuchando. Sea tu nombre exaltado en tu iglesia en el día de hoy. En el nombre de Cristo Jesús, amén.  

Estamos celebrando el día de las madres. Qué día tan bonito, tan especial, y que trae a veces tantas emociones encontradas. Ahorita yo estaba llorando como puro muchacho con el teatro que hicieron. Hubo dos partes que me tocaron el corazón. No nos pusimos de acuerdo, yo no sabía que iban a hacer ese teatro. Cuando hablaban del sacrificio que hacen esas madres, del sacrificio que conocen las personas, y de los sacrificios que nadie conoce, solo Dios, que hacen las madres. Si tuviéramos un dólar por cada libra de sacrificio, ya hubiéramos comprado el templo. Solamente con las personas que tenemos aquí bajo este techo. Y cuando oí eso, y que terminó diciendo que Dios le dijo a la mujer: En mí puedes tener descanso, rompí a llorar. De eso vamos a hablar hoy: Querida madre, descansa el Señor.

Éxodo 33:14 (RV 1960): Y él dijo: Mi presencia irá contigo, y te daré descanso.

Hoy es un día de celebrar a la madre, de celebrar al Dios que nos da a las madres. No quiero que los papás se me ofendan ni se me sientan mal. Quiero hacer una pausa y decir: el hecho de que yo vaya a hablar de la fortaleza de las madres no niega que las mujeres estamos bajo autoridad de nuestros esposos, de que el padre es el cabeza de familia, de que Dios hizo un diseño en la familia donde puso al padre en autoridad y a la mujer en sumisión.  

Hay una canción que yo siempre le envío a mi mamá en el día de la madre, y la quiero compartir con ustedes. Es una canción de los años 30, quizás alguno la ha oído. Dice:

A ti que me diste tu vida, tu amor y tu espacio. A ti que cargaste en tu vientre dolor y cansancio. A ti que peleaste con uñas y dientes, valiente en tu casa y en cualquier lugar. A ti, rosa fresca de abril. A ti, mi fiel querubín. A ti te dedico mis versos, mi ser, mis victorias. A ti, mis respetos, señora, señora, señora. A ti, mi guerrera invencible. A ti, luchadora incansable. A ti, mi amiga constante de todas las horas. Tu nombre es un nombre común como las margaritas, siempre en mi boca, presencia constante en mi mente. Y para no hacer tanto alarde de esa mujer de la que hablo, es linda, mi amiga gaviota; su nombre es mi madre.

¡Feliz día de las madres para todas las que están escuchando!  

La maternidad fue diseñada por nuestro Señor y es parte fundamental de la creación. Cada vez que ustedes ven en la Biblia que dice: de generación en generación; entienda que los niños no salen de las matas, ni salen de las calabazas: los niños nacen de las madres. Cada vez que Dios habla de una generación, está hablando de una generación de mujeres, de una generación de madres. Hay nueve mil millones de personas en este momento en el planeta. No significa que haya nueve mil millones de madres, porque algunos compartimos la misma madre, pero cada uno de nosotros tiene una madre. Dios se preocupó, Dios planificó nuestras familias, Dios planificó nuestras vidas con madres e hijos envueltas en la historia de cada uno de nosotros.  

Y estamos tan acostumbrados al milagro de que: de una mujer embarazada nace un bebé, que perdemos el asombro y el sentido de lo maravilloso que es. El hecho de que en un ser humano crezca otro, salga, tenga una vida, y que entonces ese ser humano que lo tuvo se dedique a cuidarlo, a protegerlo, a instruirlo, a sacrificarse por él; solo pudo ser planificado por Dios. Imagínense que ustedes hubieran vivido en una isla, criados por lobos, y de repente llegan a esta sociedad y se encuentran que cada persona tiene una madre, y que esa madre sacrifica durante muchos años sus sueños, sus planes, absolutamente todo por la vida de ese hijo o hija. Estoy segura de que, en esas condiciones, pudiéramos asombrarnos y decir: ‘¡Wow, qué maravilloso!

Pero de nuevo, hoy no quiero que digamos: ¡qué maravillosa!, o ¡qué fuerte es la madre! Yo quiero que nuestra mirada hoy esté un poquito más levantada, quiero que nos enfoquemos en el plan de Dios.  

Yo estaba viendo los tipos de reproducción, mientras me preparaba para el sermón y me llamó la atención cómo las estrellas de mar no tienen un hijo. Una estrella de mar se le suelta una pata, de esa pata le salen las otras patas y sale caminando. Y ya, ¡esa es otra estrella de mar! ¿Se imagina usted que eso sucediera con nosotros? ¿Ustedes se imaginan todo lo que nos perderíamos si las madres no tuvieran ese proceso que Dios creó? 

Cuando una madre tiene un bebé adentro, hay un proceso. Estuve leyendo todo lo que sucede en el cerebro, las hormonas, para preparar a las madres para el nivel de estrés, para lo que va a pasar en su cuerpo, para lo que va a tener que hacer durante el tiempo de cuidado del bebé. Todo eso, absolutamente todo lo hace Dios. ¿No es maravilloso nuestro Dios? Que incluso desde la primera madre, Eva, el Señor ha cuidado todo.  

Hay un libro, Doce mujeres extraordinarias, del Dr. John MacArthur que es precioso. Les voy a leer la manera en que el autor describe cómo Dios creó a Eva. Miren qué cosa tan preciosa, cómo exalta al Dios de la creación. Dice: “Eva debe haber sido una criatura de belleza insuperable. Fue la corona y el pináculo del asombroso trabajo creativo de nuestro Dios. La primera figura femenina de la raza de Adán fue el último ser viviente en ser llamado a la existencia, diseñado directamente por la propia mano del Creador, con atención y cuidado especial a cada detalle. Eva no fue un accidente; Eva fue detalladamente planificada por Dios. Eva, el único ser directamente creado por Dios del tejido vivo de otra criatura. Porque recuerden que Dios creó toda la creación de la nada. Él no usó nada para crear el sol, él no usó nada para crear la luna. Usó polvo para crear a Adán, pero ¿qué usó para crear a Eva? La costilla. O sea, cogió carne, cogió huesos, y creó a Eva. Dios había compuesto de la nada un universo vasto y sublime; pero nada, nada en toda la expansión del universo, fue más hermoso que esta mujer hecha de una parte de Adán. Si el hombre representa a la especie suprema, una raza de criaturas hechas a la imagen de Dios, Eva fue la encarnación viviente de la gloria de la humanidad. Dios había dejado lo mejor para el final.” ¿No es eso maravilloso? Así fuimos creadas, mujeres. Demos gracias a Dios.  El mérito no es para nosotras, todo el mérito es para el Dios que nos creó de la forma maravillosa que acabamos de leer. Él nos creó, él nos eligió, él nos trajo hoy hasta este momento.  

Sabemos que este día hay personas que les duele, porque muchas tenemos hijos que no están en estos momentos con nosotros, que están en la presencia de Dios. Otros que tenemos hijos que se han separado del Señor. Otros que nuestra madre, por traumas o por dificultades, no pudo ser la madre que quizás Dios quería que fuera para nosotros. Y entonces el día de las madres es más un dolor más que una celebración. Pero de nuevo, quiero elevar la mirada de todos. No pensemos en nada de eso. Llegamos hasta aquí por la misericordia de Dios. A pesar de que nuestra madre no fue la que debería ser, Dios tiene un plan tan maravilloso cuando venimos a ser parte de la familia de Cristo, que ustedes lo saben. 

Marcos 10:29-30 (RV 1960): Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras por causa de mí y del evangelio, 30que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna. ¡En la eternidad! No, no, no, espérense, la bendición es ahora. Usted recibe a Cristo, y en estos momentos, usted es añadido a la familia, es añadido al cuerpo de Cristo, y recibe cien veces más: cien veces más casas, más hermanos, más hermanas… ¿qué es lo que sigue? ¡Más madres! Más madres.  

Casualmente, mi hija se llama Lucy porque hubo una tía de Jocsan que ella no tuvo hijos biológicos, pero ella asumió como hijos de ella al resto de la familia. Ella y su esposo se sacrificaron toda su vida por el resto de la familia. Sí, no tuvo hijos biológicos pero esos sobrinos estaban bien malcriados y estaban bien cuidados. Ella siempre estaba disponible, ella siempre podía poner a un lado su tiempo, sus planes por ellos. Algo como eso, pero en la familia de Cristo. En la familia de Cristo recibimos las madres espirituales. No solamente tenemos madres biológicas, sino tenemos madres espirituales. 

Le voy a contar una cosa para que entienda cómo funciona la situación. Thelma no es mi madre, para nada. Una vez yo estaba comentando que me dolía mucho la cabeza y ella me dijo: Te hace falta un masaje. Yo le dije: Yo no me hago masajes, por razones que no vienen al caso. Yo no me hago masajes. Ella me dijo: Pero necesitas un masaje. Le dije: No, yo no me hago masajes; y terminé la conversación, no le di más pensamiento, seguí mi vida. Al otro día, yo estaba en el baño, y Jocsan tocó la puerta, y me dice: Carmen, Telma está allí afuera con el carro encendido. Ya te hizo la cita del masaje, ya pagó el masajista, y dice que te montes en el carro. ¿Sabe qué? Yo me di el masaje, y se me quitó el dolor de cabeza. Son madres espirituales. Cuando venimos a la familia de Dios, no solamente nos dice: Yo, en mi creación, con mi poder ilimitado, en mi gloria, voy a crear esta estructura familiar de madres e hijos. Sino que Él, sabiendo cómo está el mundo roto, dijo: Cuando mis hijos se unan en la familia de Cristo, yo le voy a dar cientos de madres y padres y hermanos y casas y tierras.  

Hermano, si usted me carece, es porque quiere. Estamos en una familia preciosa de El Redentor. Si usted quiere realmente conocer a sus madres, sus padres y sus hermanos, tómese el trabajo de tomarse un café con alguien. 

Regresemos al ser madre y al teatro que hicieron ahorita. Ser madre espiritual o biológica no es fácil, y descansar es mucho menos fácil.  

Yo quería romper ese mito hoy, porque yo veo en Instagram que las madres… ‘Ay, hoy por primera vez me van a llevar el desayuno a la cama.’ Y se abre la puerta, y el papá viene con el niñito, y la mamá sonríe: ‘Ay, gracias por el desayuno.’ Dice: ‘Qué lindo, mamá está descansando hoy.’ Mamás, digamos la verdad: no estamos descansando. Cuando me llevan el desayuno, yo pienso: ‘¿Cómo habrá quedado la cocina?’ Si estoy mintiendo, por favor, dígamelo. Pero sonreímos porque, qué lindo el gesto de nuestros esposos de entretener a los niños. A mí me lo hicieron, y yo le decía a Jocsan: Tú me recogías la cocina. Porque las madres hacemos tantas cosas, visibles e invisibles. Y los padres, en el día de hoy, nos dicen: ‘Descansa, no te preocupes, yo voy a hacer lo que tú haces todos los días.’ Y nosotras, por dentro, pensamos: ‘Yo eso lo quisiera ver. Yo eso lo quisiera ver.’  

Es difícil descansar porque lo que hacemos no es público. Lo que hacemos es tanto, que es difícil para nuestros esposos cubrirlo por unas horas, aunque tengan esos corazones preciosos bien dispuestos; yo lo que siento es temor. Se lo digo: yo le tengo miedo cuando termine el día de las madres. Como Cenicienta, cuando la carroza se me convierte en calabaza, y se acaba el día de las madres, y el padre regresa a ser padre, y a esa hora tengo que recoger y hacer todo lo que no hice en el día de la madre. Entonces no, su esposa, su madre, su hija no está descansando. Discúlpeme que se lo diga: no está descansando. A las mujeres nos es muy difícil descansar y tenemos que aprender.  

Éxodo 33:14 (RV 1960): Y él dijo: Mi presencia irá contigo, y te daré descanso.

Madres, es posible, hay un descanso. Dios nos preparó para ser como reinas y además somos las que tratamos de mantener la familia junta. Incluso, a veces el problema es que el papá no está en buena relación con un hijo, y nosotros lo sufrimos y tratamos de unir la familia. Que está aquel peleándose con el otro, yo trato de hacer un ambiente de paz en mi casa. Aparte de todo lo demás que tengo que hacer todos los días: de cuidar los niños, todo lo que dijeron ahí de la limpieza, y de absolutamente todo lo demás. La preocupación de nuestro futuro: ¿en qué universidad van a estar? Realmente, los profesores que tienen hoy, ¿los van a ayudar a llegar a esa universidad? Realmente, los amigos que tienen ahora, ¿les convienen o no les convienen? ¿Esta novia, ese novio va a ser un obstáculo para sus planes? Todo eso lo tenemos las mamás todo el tiempo. Todo el tiempo. No paramos, no tenemos descanso. Pero Dios nos dice: “Tienes que aprender a descansar”. 

Hay tres cosas que podemos hacer las mujeres para aprender prácticamente a descansar. ¿Me está escuchando? Tres cosas. Los padres también escuchen, para que ayuden a sus hijas, ayuden a sus hermanas, ayuden a sus hermanas en Cristo. Debemos tener claro que: Nosotras no somos Dios. Hay tres cosas que las madres tratan de hacer desde que te dan por primera vez el bebé en los brazos, que sencillamente no es posible para nosotros hacer:  

  1. Tratamos de saberlo todo y nunca equivocarnos. Porque Dios no permita que una decisión mía afecte a mi hijo, o a mi esposo, o a mi familia. Tratamos de saberlo todo y no equivocarnos.  
  2. Trato de poder hacerlo todo. Como la mamá 500, nunca estar cansada. De la mañana a la noche, trabajando, velando por los alimentos, descanso de la familia, revisar los proyectos de la escuela y todo lo demás, durante el día, la tarde y de noche; con recursos infinitos, porque nuestros recursos son finitos.  
  3. Trato de estar en todo lugar. Todo el que me necesita en la familia, trato de estar allí. Trato de estar con mi nieto, trato de estar con mi hija, trato de estar con mis amigas; trato, trato de estar en todo lugar al mismo tiempo.  

Esas tres cosas, mujeres: no somos Dios. Solo Dios lo sabe todo, solo Dios es omnisciente. Solo Dios lo puede todo solo es omnipotente. Solo Dios está en todo lugar, solo es omnipresente.  

Quiero decirle algo que quizás nadie se lo haya dicho. Preparando este sermón he escuchado 25 podcast, 300 sermones y me leí 40 libros. Pero hubo uno que me rompió el corazón. El pastor dijo esto: Mamá, Dios sabe que tú no eres perfecta. Tu familia sabe que tú no eres perfecta. Ahora, la pregunta es: ¿Lo sabes tú? ¿Por qué sigues tratando de hacer todo eso con tus propias fuerzas? ¿Por qué sigues tratando de unir a tu familia con tus propias fuerzas? ¿Por qué sigues tratando de estar en todo lugar cuando estás enferma y necesitas descansar? ¿Por qué? De nuevo les digo: tenemos un solo Dios que es omnisciente, que es omnipotente, que es omnipresente. Hay posibilidad de descanso, si hay posibilidad de descanso porque Dios lo promete.  

Isaías 46:9-10 (RV 1960): 9 Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, 10 que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero. Él dijo que sabía todo desde el principio. Y dice Dios: Y haré todo lo que quiero.  

Madres lindas de mi corazón, ¿de qué me vale frustrarme y pensar que soy un fracaso porque no puedo resolver el problema de mis hijos? ¿No sería mejor traer todos esos problemas a los pies del que realmente puede hacer algo? Él lo puede hacer, yo no puedo, yo tengo un límite. Me lo estoy diciendo yo. Le pueden preguntar a mi esposo. Me he pasado la semana diciendo: Voy a hablar de descanso, tengo que descansar. Voy a hablar de descanso, tengo que descansar. Y así, yo decía: computadora no, me iba con mi Biblia para mi sofá, y ahí me sentaba y me repetía: “Voy a descansar en Dios.” Y los gritos, y los mensajes, pero yo decía: Voy a descansar en Dios.  En mi casa, que nunca se pelean, se revolvió el mar. Y le dije a Jocsan: No, no puedo. Yo tengo que regresar a descansar. Voy a ponerlo en las manos del que puede hacer algo: de mi Dios. Él es el omnisciente, él es el omnipotente, él es el omnipresente.’ 

Jeremías 23: 23-24 (RV 1960): 23 ¿Soy yo Dios de cerca solamente, dice Jehová, y no Dios desde muy lejos? 24 ¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra?

¡Ay, hermanas! Hermanas y hermanos, porque yo sé que hay muchos padres que también tratan de hacer lo mismo, que también tratan de resolver con sus recursos, que también tratan de estar en todo lugar. Hoy no le puse el ejemplo de estar en todo lugar porque se me quedaron como mirando. ‘Yo no trato de estar en todo lugar.’ Sí, sí trata. Usted trata de estar en todo lugar. Trata de estar, por ejemplo, ahora mismo en la celebración. Usted está hablando con su esposo, y sin embargo su hijo (o su hija) le está texteando que tiene un problema: que se le quedó el abrigo, que vino sin el abrigo. Y usted: ¡qué! ¿Qué hago? ¿A quién se lo pido? ¿Quién me va a recoger? Y no quiero decirle a mi esposo que no, ni quiero decirle a mi hijo que no. Entonces trato de hablar con mi esposo y hablar con mi hijo al mismo tiempo. Mira, trato de hacer las dos cosas, y no estoy ni allá ni acá. Mi esposo me tiene prohibido eso. Ustedes, los que me hablan en la semana, saben que a las 3:30 yo digo: ‘Cuelga, cuelga, que Jocsan va a salir.’ Cuando Jocsan sale de trabajar, me dice: Ciérrame ese teléfono. No me deja estar hablando con él y hacer algo más. Nosotros no podemos hacer varias cosas al mismo tiempo, aunque las mujeres pensemos que sí. Sí, usted puede lavar y puede limpiar y puede hacer la comida. Pero a la hora de atender una persona, resolver un problema, tomar una decisión, mejor decide estar en un solo lugar. Porque omnipresente solo Dios.  

Mateo 11:28 (RV 1960): 28 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Si hay alguien que tiene su “currículum” esas cosas que dice ahí de trabajados y cargados, son nuestras madres. Dios nos promete descanso, pero tenemos que venir a Él.  

Tampoco es que digamos: ¿Sabes qué? No voy a hacer las cosas. No voy a llenar las planillas de inmigración. No, no voy a pasar ese curso en el trabajo, porque estoy descansando. No, eso es haraganería. No nos iremos hasta allá, hasta el extremo.  Significa que yo conozca mi límite humano. Que sí, Dios me dio fuerzas para hacer muchísimas cosas como madre, pero cuando llegue el límite, yo debo decir: Este es el momento de parar y dejar a Dios ser Dios en mi vida. Porque Dios está más preocupado con mi salvación que con cuánto dinero tengo en la cuenta bancaria, cuántas promociones tengo en mi trabajo, a cuál universidad irá nuestros hijos. 

La mayor preocupación de Dios es: ¿Me estoy acercando a Cristo? Y como madre, ¿estoy acercando a mis hijos a Cristo?’  

¿De qué me vale hacer todo eso y estar frustrada, cansada y rabiosa porque no lo pude terminar? Sentirme como un fracaso de madre. Decir: Ya ni lo quiero celebrar. Al final, ¿para qué? Tenemos la posibilidad del descanso de Dios.  

Que dice Dios: Mira, hijas e hijos míos, yo les voy a dar recursos para que ustedes trabajen. Hay obras que están destinadas desde el principio de la creación para ustedes. Ustedes las hacen. Y cuando ya empiecen a tropezar con el imposible, es el momento de decir: Vamos Padre, vamos a la batalla. Vamos a la batalla, porque la batalla es de Jehová. “La batalla es de Jehová”. Hermanos, y Él no ha perdido una sola batalla. ¿Para qué nos seguimos peleando solos? Él no ha perdido una sola batalla. Entonces, pongamos todo, absolutamente todo, en las manos de Jehová. Cuando nosotras, las madres, aprendamos a detenernos antes de desgastarnos, es cuando lograremos descansar en Dios. Reconocer cuando debemos decir: Este es un momento de oración y de confiar en Dios. El amor de Cristo que se va a crear en nosotros, y mi relación con el Señor, van a ser agua viva que va a nutrir el resto de la familia.  

¿Qué es mejor? Guiar a nuestra familia con frustración y sentimiento de fracaso, o decir: El Señor está en control. ¡Vamos a gozarnos! ¡Vamos a poner unas buenas alabanzas! ¡Vamos a esperar en el Señor! Ya hicimos nuestra parte, ahora vamos a dejar que entre el Señor, que entre el León de Judá. Que entre aquel que no ha perdido una batalla. Que entre aquel para el cual nada es imposible. Que entre aquel que no tiene escasez de recursos. Aquel que no duerme.  

Escuché una vez a Paul Washer decir esto. Dice que él trata con muchos misioneros, y dice: Cuando llega la hora de dormir, yo hago la oración más corta del día. Él se pone de rodillas y le dice: Señor, tú sabes. Señor, tú sabes. Que tu nombre sea exaltado. Se levanta y se va a dormir. Dice: ‘Yo puedo dormir porque Él no duerme.’  Y yo dije: ¿Sabes qué? Voy a empezar a aplicar eso. Y también se los propongo a ustedes.  

Ahora bien, hay un descanso todavía más importante. Quizás no aprendamos a descansar aquí en la tierra, pero hay un descanso que no podemos perder. Y el descanso es este.  

Hebreos 4: 6-7 (NTV): 6 6 Así que el descanso de Dios está disponible para que la gente entre, pero los primeros en oír esta buena noticia no entraron, porque desobedecieron a Dios. 7 Entonces Dios fijó otro tiempo para entrar en su descanso, y ese tiempo es hoy. Lo anunció mucho más tarde por medio de David en las palabras que ya se han citado: «Cuando oigan hoy su voz no endurezcan el corazón. 

Dios está declarando que su descanso está disponible para que la gente entre. Hay un descanso que Dios está ofreciendo para todos: para madres, padres, hijos, niños. Todos los que estén escuchando. Él está diciendo: El descanso en Dios está disponible hoy. Aquí, el descanso que estamos hablando es el descanso y la vida eterna. 

Hermanos, de nada nos vale que pasemos aquí una vida muy buena y entretenida, si cuando cerremos los ojos nos vamos a ir al infierno. Hay una realidad: absolutamente todo, todo, todo ser humano ha pecado y está destituido de la gloria de Dios. Eso tenemos que saberlo como el ABC. Usted no me puede decir que no, que mi abuelita nunca pecó. Su abuelita tuvo 15 años, por favor, atiéndame, su abuela ha pecado como todos los demás. Todos hemos pecado, absolutamente todos hemos pecado. 

¿Cuál es el primer mandamiento? Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón. Nadie, excepto Jesucristo en este planeta, ha amado a Dios con todo su corazón, solamente con incumplir ese mandamiento estamos ofendiendo a Dios. ¿Y qué merecemos? El infierno. Y si Dios no hubiera dicho nada, si Dios no hubiera hecho nada, ahí terminaríamos todos. Pero no, hay un descanso. Hay un descanso eterno que está disponible. 

¿Cómo podemos entrar a ese descanso si realmente nosotros tenemos pecados, tenemos deudas que no podemos pagar? ¿Cómo podemos un día tener vida eterna?  

Juan 3:16 (RV 1960): 16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Nuestro Dios todopoderoso no solamente quiere meterse en nuestra vida diaria ni en la de nuestros hijos; Él realmente quiere saber su corazón donde está. Saber si ¿somos salvos o no somos salvos? ¿Si hemos nacido de nuevo o no hemos nacido de nuevo?  Dice que tanto Él nos amó, que dio a su Hijo, a su único Hijo, para que Jesús fuera a la cruz y pagar por los pecados de todos los que hayamos creído en Él. 

Yo pido perdón por mis pecados. Yo me arrepiento. Le digo: Señor, me arrepiento de mis pecados. Yo quiero una vida nueva hoy. Yo quiero que tú seas mi Señor y mi Salvador. Yo quiero estar justificado delante de ti. Yo quiero esa vida eterna y ese descanso, que dice Hebreos 4:6, que está disponible para mí. Yo no quiero endurecer mi corazón.

Entonces, hoy quiero poner eso delante de usted. Si usted nunca ha recibido a Cristo como Señor y Salvador, y está peleando esta vida con sus propias fuerzas, si usted tiene una madre cristiana, no hay mejor regalo que ese: que usted hoy pueda recibir a Cristo como Señor y Salvador, y decirle: Mamá, yo hoy soy una nueva criatura en Cristo.  Los chocolates y lo que le haya regalado (así sea un Lamborghini) se quedan pequeños ante el regalo para una madre cristiana que su hijo reciba Cristo y alcance la vida eterna en el día de las madres.  

Entonces: vayamos por ese descanso. No solamente el descanso aquí, en el que conscientemente decimos que no somos Dios, que somos limitados, pero que podemos tener nuestra vida en Él. No solamente la vida de ahora, sino nuestra vida eterna.  

Terminemos dándole gracias a Dios y diciendo que su nombre sea glorificado por siempre.

Oremos: Padre nuestro, Señor bendito, alabado sea tu nombre. Señor, pongo en estos momentos en tus manos cada persona que está aquí. Señor, en primer lugar quiero poner en tus manos a nuestras bellas madres: las madres del cuerpo de Cristo, las madres biológicas, las madres espirituales; Señor, tú conoces su dolor como nadie más lo conoce. Tú conoces lo que tratan de hacer con sus propias fuerzas, Señor, por amor a sus hijos, por amor a su familia. Padre, te pido que hoy sea el día en que ellas empiezan a aprender a descansar. Yo sé que no va a ser fácil, pero que sea el día hoy, Señor, en que comiencen a dar sus primeros pasos en descansar en ti. En decir: “Yo tengo límites, pero mi Dios no tiene. Mis recursos se están acabando, pero mi Dios es el dueño del oro y la plata. Yo no sé, yo no sé cuál será la respuesta de inmigración, pero mi Dios la sabe. Él es el que firma, Señor, esas actas. Él es el que pone y quita reyes.” Señor, te pido que nuestro corazón aprenda a depender exclusivamente de ti. Señor, que podamos recibir ese descanso, no solamente el de aquí, sino el descanso eterno. Padre, que todos hayamos recibido salvación. Que conozcamos a Cristo de frente y lo encontremos cada día, Señor, en la oración, en esa búsqueda del alma, esa búsqueda de la voluntad de nuestro Señor. Si hay alguien aquí, Señor, que aún no te conoce, te pido por su alma. Sé que eres tú el que abre los ojos, Señor. Sé que eres tú el que abre los corazones. Sé que eres tú el que da vida eterna, Padre; pero también sé que nosotros somos los que damos el paso adelante y decimos: “Sí, yo quiero pedir perdón por mis pecados. Sí, yo quiero recibir esa vida eterna.”  

Si en estos momentos alguien, Señor, quiere recibir esa vida eterna, quiere entrar a ese descanso, puede levantar la mano. Hay personas caminando por los pasillos que van a ir hasta ellos y lo van a ayudar a esa oración, a esa oración de fe, que le permita recibir a Cristo como Señor y Salvador de su vida, y empezar una vida hoy que no se compara con absolutamente nada que ellos hayan conocido.  

Una vez más, Señor, nos ponemos en tus manos. Te damos a ti absolutamente toda la gloria y toda la honra. En el nombre de Cristo Jesús, amén.

Compartir esta entrada
  • Compartir en Facebook
  • Compartir en Twitter
  • Compartir en Google+
  • Compartir en Linkedin
  • Compartir en Tumblr
  • Compartir por correo
Quizás te interese
Sermones Cristianos - Hno. Avelino Puello - Iglesia Bautista TBB El Redentor - Iglesia Cristiana La bondad de Dios
Sermones Cristianos - Hno. Avelino Puello - Iglesia Bautista TBB El Redentor - Iglesia Cristiana La Paz
sermones del pastor david rodriguez Santa Cena
Sermones Cristianos del Pastor David Rodriguez - Iglesia Bautista TBB El Redentor - Iglesia Cristiana Mejor que el oro y la plata
Sermones Cristianos del Pastor David Rodriguez - Iglesia Bautista TBB El Redentor - Iglesia Cristiana Las dudas de los cristianos
Sermones Cristianos del Pastor David Rodriguez - Iglesia Bautista TBB El Redentor - Iglesia Cristiana Gracias a Dios en todo tiempo


Querida mamá, descansa en el Señor


Mayo 11, 2025 – 2:00PM | Exodo 33:14 | Carmen Aguilera

Etiquetas: carmen aguilera, exodo, mayo 2025, transcripcion


Descargar Texto: Sermón en PDF

TRANSCRIPCIÓN

¡Pero miren qué belleza de mujeres tenemos en esta iglesia! Miren alrededor, porque siempre estamos bellas, pero hoy nos hemos puesto de lujo. Hoy nos hemos preparado, y no solamente aquellas que tenemos hijos, sino todas las mujeres. ¡Qué bendición de Dios! De eso vamos a hablar: del plan maravilloso de Dios. 

Algunas veces hay madres que tienen hijos, y otras que son madres espirituales. Pero en cada mujer está reflejada esa naturaleza poderosa del amor de Dios.

Empecemos en oración: Padre nuestro, Señor bendito, alabado sea tu santísimo nombre. Te pido perdón por mi falta, Señor. Sabes que a veces te fallamos, pero sabes cuánto te amamos. En este día que estamos celebrando el día de las madres, de mujeres fuertes, guerreras, que tú has puesto alrededor de nosotros aquí en El Redentor y en el Redentor extendido, el internacional. Cada una de las madres y mujeres del cuerpo de Jesucristo, queremos celebrar este día, pero queremos celebrarlo con la mirada puesta en ti, con la mirada en el Dios que todo lo puede, en el Dios maravilloso, en ese Dios que nos eligió, que nos trajo, que nos salvó. Señor, que tu Espíritu Santo esté en este momento tocando el corazón de todos, pero específicamente de cada mujer que está en este lugar y que está escuchando. Sea tu nombre exaltado en tu iglesia en el día de hoy. En el nombre de Cristo Jesús, amén.  

Estamos celebrando el día de las madres. Qué día tan bonito, tan especial, y que trae a veces tantas emociones encontradas. Ahorita yo estaba llorando como puro muchacho con el teatro que hicieron. Hubo dos partes que me tocaron el corazón. No nos pusimos de acuerdo, yo no sabía que iban a hacer ese teatro. Cuando hablaban del sacrificio que hacen esas madres, del sacrificio que conocen las personas, y de los sacrificios que nadie conoce, solo Dios, que hacen las madres. Si tuviéramos un dólar por cada libra de sacrificio, ya hubiéramos comprado el templo. Solamente con las personas que tenemos aquí bajo este techo. Y cuando oí eso, y que terminó diciendo que Dios le dijo a la mujer: En mí puedes tener descanso, rompí a llorar. De eso vamos a hablar hoy: Querida madre, descansa el Señor.

Éxodo 33:14 (RV 1960): Y él dijo: Mi presencia irá contigo, y te daré descanso.

Hoy es un día de celebrar a la madre, de celebrar al Dios que nos da a las madres. No quiero que los papás se me ofendan ni se me sientan mal. Quiero hacer una pausa y decir: el hecho de que yo vaya a hablar de la fortaleza de las madres no niega que las mujeres estamos bajo autoridad de nuestros esposos, de que el padre es el cabeza de familia, de que Dios hizo un diseño en la familia donde puso al padre en autoridad y a la mujer en sumisión.  

Hay una canción que yo siempre le envío a mi mamá en el día de la madre, y la quiero compartir con ustedes. Es una canción de los años 30, quizás alguno la ha oído. Dice:

A ti que me diste tu vida, tu amor y tu espacio. A ti que cargaste en tu vientre dolor y cansancio. A ti que peleaste con uñas y dientes, valiente en tu casa y en cualquier lugar. A ti, rosa fresca de abril. A ti, mi fiel querubín. A ti te dedico mis versos, mi ser, mis victorias. A ti, mis respetos, señora, señora, señora. A ti, mi guerrera invencible. A ti, luchadora incansable. A ti, mi amiga constante de todas las horas. Tu nombre es un nombre común como las margaritas, siempre en mi boca, presencia constante en mi mente. Y para no hacer tanto alarde de esa mujer de la que hablo, es linda, mi amiga gaviota; su nombre es mi madre.

¡Feliz día de las madres para todas las que están escuchando!  

La maternidad fue diseñada por nuestro Señor y es parte fundamental de la creación. Cada vez que ustedes ven en la Biblia que dice: de generación en generación; entienda que los niños no salen de las matas, ni salen de las calabazas: los niños nacen de las madres. Cada vez que Dios habla de una generación, está hablando de una generación de mujeres, de una generación de madres. Hay nueve mil millones de personas en este momento en el planeta. No significa que haya nueve mil millones de madres, porque algunos compartimos la misma madre, pero cada uno de nosotros tiene una madre. Dios se preocupó, Dios planificó nuestras familias, Dios planificó nuestras vidas con madres e hijos envueltas en la historia de cada uno de nosotros.  

Y estamos tan acostumbrados al milagro de que: de una mujer embarazada nace un bebé, que perdemos el asombro y el sentido de lo maravilloso que es. El hecho de que en un ser humano crezca otro, salga, tenga una vida, y que entonces ese ser humano que lo tuvo se dedique a cuidarlo, a protegerlo, a instruirlo, a sacrificarse por él; solo pudo ser planificado por Dios. Imagínense que ustedes hubieran vivido en una isla, criados por lobos, y de repente llegan a esta sociedad y se encuentran que cada persona tiene una madre, y que esa madre sacrifica durante muchos años sus sueños, sus planes, absolutamente todo por la vida de ese hijo o hija. Estoy segura de que, en esas condiciones, pudiéramos asombrarnos y decir: ‘¡Wow, qué maravilloso!

Pero de nuevo, hoy no quiero que digamos: ¡qué maravillosa!, o ¡qué fuerte es la madre! Yo quiero que nuestra mirada hoy esté un poquito más levantada, quiero que nos enfoquemos en el plan de Dios.  

Yo estaba viendo los tipos de reproducción, mientras me preparaba para el sermón y me llamó la atención cómo las estrellas de mar no tienen un hijo. Una estrella de mar se le suelta una pata, de esa pata le salen las otras patas y sale caminando. Y ya, ¡esa es otra estrella de mar! ¿Se imagina usted que eso sucediera con nosotros? ¿Ustedes se imaginan todo lo que nos perderíamos si las madres no tuvieran ese proceso que Dios creó? 

Cuando una madre tiene un bebé adentro, hay un proceso. Estuve leyendo todo lo que sucede en el cerebro, las hormonas, para preparar a las madres para el nivel de estrés, para lo que va a pasar en su cuerpo, para lo que va a tener que hacer durante el tiempo de cuidado del bebé. Todo eso, absolutamente todo lo hace Dios. ¿No es maravilloso nuestro Dios? Que incluso desde la primera madre, Eva, el Señor ha cuidado todo.  

Hay un libro, Doce mujeres extraordinarias, del Dr. John MacArthur que es precioso. Les voy a leer la manera en que el autor describe cómo Dios creó a Eva. Miren qué cosa tan preciosa, cómo exalta al Dios de la creación. Dice: “Eva debe haber sido una criatura de belleza insuperable. Fue la corona y el pináculo del asombroso trabajo creativo de nuestro Dios. La primera figura femenina de la raza de Adán fue el último ser viviente en ser llamado a la existencia, diseñado directamente por la propia mano del Creador, con atención y cuidado especial a cada detalle. Eva no fue un accidente; Eva fue detalladamente planificada por Dios. Eva, el único ser directamente creado por Dios del tejido vivo de otra criatura. Porque recuerden que Dios creó toda la creación de la nada. Él no usó nada para crear el sol, él no usó nada para crear la luna. Usó polvo para crear a Adán, pero ¿qué usó para crear a Eva? La costilla. O sea, cogió carne, cogió huesos, y creó a Eva. Dios había compuesto de la nada un universo vasto y sublime; pero nada, nada en toda la expansión del universo, fue más hermoso que esta mujer hecha de una parte de Adán. Si el hombre representa a la especie suprema, una raza de criaturas hechas a la imagen de Dios, Eva fue la encarnación viviente de la gloria de la humanidad. Dios había dejado lo mejor para el final.” ¿No es eso maravilloso? Así fuimos creadas, mujeres. Demos gracias a Dios.  El mérito no es para nosotras, todo el mérito es para el Dios que nos creó de la forma maravillosa que acabamos de leer. Él nos creó, él nos eligió, él nos trajo hoy hasta este momento.  

Sabemos que este día hay personas que les duele, porque muchas tenemos hijos que no están en estos momentos con nosotros, que están en la presencia de Dios. Otros que tenemos hijos que se han separado del Señor. Otros que nuestra madre, por traumas o por dificultades, no pudo ser la madre que quizás Dios quería que fuera para nosotros. Y entonces el día de las madres es más un dolor más que una celebración. Pero de nuevo, quiero elevar la mirada de todos. No pensemos en nada de eso. Llegamos hasta aquí por la misericordia de Dios. A pesar de que nuestra madre no fue la que debería ser, Dios tiene un plan tan maravilloso cuando venimos a ser parte de la familia de Cristo, que ustedes lo saben. 

Marcos 10:29-30 (RV 1960): Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras por causa de mí y del evangelio, 30que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna. ¡En la eternidad! No, no, no, espérense, la bendición es ahora. Usted recibe a Cristo, y en estos momentos, usted es añadido a la familia, es añadido al cuerpo de Cristo, y recibe cien veces más: cien veces más casas, más hermanos, más hermanas… ¿qué es lo que sigue? ¡Más madres! Más madres.  

Casualmente, mi hija se llama Lucy porque hubo una tía de Jocsan que ella no tuvo hijos biológicos, pero ella asumió como hijos de ella al resto de la familia. Ella y su esposo se sacrificaron toda su vida por el resto de la familia. Sí, no tuvo hijos biológicos pero esos sobrinos estaban bien malcriados y estaban bien cuidados. Ella siempre estaba disponible, ella siempre podía poner a un lado su tiempo, sus planes por ellos. Algo como eso, pero en la familia de Cristo. En la familia de Cristo recibimos las madres espirituales. No solamente tenemos madres biológicas, sino tenemos madres espirituales. 

Le voy a contar una cosa para que entienda cómo funciona la situación. Thelma no es mi madre, para nada. Una vez yo estaba comentando que me dolía mucho la cabeza y ella me dijo: Te hace falta un masaje. Yo le dije: Yo no me hago masajes, por razones que no vienen al caso. Yo no me hago masajes. Ella me dijo: Pero necesitas un masaje. Le dije: No, yo no me hago masajes; y terminé la conversación, no le di más pensamiento, seguí mi vida. Al otro día, yo estaba en el baño, y Jocsan tocó la puerta, y me dice: Carmen, Telma está allí afuera con el carro encendido. Ya te hizo la cita del masaje, ya pagó el masajista, y dice que te montes en el carro. ¿Sabe qué? Yo me di el masaje, y se me quitó el dolor de cabeza. Son madres espirituales. Cuando venimos a la familia de Dios, no solamente nos dice: Yo, en mi creación, con mi poder ilimitado, en mi gloria, voy a crear esta estructura familiar de madres e hijos. Sino que Él, sabiendo cómo está el mundo roto, dijo: Cuando mis hijos se unan en la familia de Cristo, yo le voy a dar cientos de madres y padres y hermanos y casas y tierras.  

Hermano, si usted me carece, es porque quiere. Estamos en una familia preciosa de El Redentor. Si usted quiere realmente conocer a sus madres, sus padres y sus hermanos, tómese el trabajo de tomarse un café con alguien. 

Regresemos al ser madre y al teatro que hicieron ahorita. Ser madre espiritual o biológica no es fácil, y descansar es mucho menos fácil.  

Yo quería romper ese mito hoy, porque yo veo en Instagram que las madres… ‘Ay, hoy por primera vez me van a llevar el desayuno a la cama.’ Y se abre la puerta, y el papá viene con el niñito, y la mamá sonríe: ‘Ay, gracias por el desayuno.’ Dice: ‘Qué lindo, mamá está descansando hoy.’ Mamás, digamos la verdad: no estamos descansando. Cuando me llevan el desayuno, yo pienso: ‘¿Cómo habrá quedado la cocina?’ Si estoy mintiendo, por favor, dígamelo. Pero sonreímos porque, qué lindo el gesto de nuestros esposos de entretener a los niños. A mí me lo hicieron, y yo le decía a Jocsan: Tú me recogías la cocina. Porque las madres hacemos tantas cosas, visibles e invisibles. Y los padres, en el día de hoy, nos dicen: ‘Descansa, no te preocupes, yo voy a hacer lo que tú haces todos los días.’ Y nosotras, por dentro, pensamos: ‘Yo eso lo quisiera ver. Yo eso lo quisiera ver.’  

Es difícil descansar porque lo que hacemos no es público. Lo que hacemos es tanto, que es difícil para nuestros esposos cubrirlo por unas horas, aunque tengan esos corazones preciosos bien dispuestos; yo lo que siento es temor. Se lo digo: yo le tengo miedo cuando termine el día de las madres. Como Cenicienta, cuando la carroza se me convierte en calabaza, y se acaba el día de las madres, y el padre regresa a ser padre, y a esa hora tengo que recoger y hacer todo lo que no hice en el día de la madre. Entonces no, su esposa, su madre, su hija no está descansando. Discúlpeme que se lo diga: no está descansando. A las mujeres nos es muy difícil descansar y tenemos que aprender.  

Éxodo 33:14 (RV 1960): Y él dijo: Mi presencia irá contigo, y te daré descanso.

Madres, es posible, hay un descanso. Dios nos preparó para ser como reinas y además somos las que tratamos de mantener la familia junta. Incluso, a veces el problema es que el papá no está en buena relación con un hijo, y nosotros lo sufrimos y tratamos de unir la familia. Que está aquel peleándose con el otro, yo trato de hacer un ambiente de paz en mi casa. Aparte de todo lo demás que tengo que hacer todos los días: de cuidar los niños, todo lo que dijeron ahí de la limpieza, y de absolutamente todo lo demás. La preocupación de nuestro futuro: ¿en qué universidad van a estar? Realmente, los profesores que tienen hoy, ¿los van a ayudar a llegar a esa universidad? Realmente, los amigos que tienen ahora, ¿les convienen o no les convienen? ¿Esta novia, ese novio va a ser un obstáculo para sus planes? Todo eso lo tenemos las mamás todo el tiempo. Todo el tiempo. No paramos, no tenemos descanso. Pero Dios nos dice: “Tienes que aprender a descansar”. 

Hay tres cosas que podemos hacer las mujeres para aprender prácticamente a descansar. ¿Me está escuchando? Tres cosas. Los padres también escuchen, para que ayuden a sus hijas, ayuden a sus hermanas, ayuden a sus hermanas en Cristo. Debemos tener claro que: Nosotras no somos Dios. Hay tres cosas que las madres tratan de hacer desde que te dan por primera vez el bebé en los brazos, que sencillamente no es posible para nosotros hacer:  

  1. Tratamos de saberlo todo y nunca equivocarnos. Porque Dios no permita que una decisión mía afecte a mi hijo, o a mi esposo, o a mi familia. Tratamos de saberlo todo y no equivocarnos.  
  2. Trato de poder hacerlo todo. Como la mamá 500, nunca estar cansada. De la mañana a la noche, trabajando, velando por los alimentos, descanso de la familia, revisar los proyectos de la escuela y todo lo demás, durante el día, la tarde y de noche; con recursos infinitos, porque nuestros recursos son finitos.  
  3. Trato de estar en todo lugar. Todo el que me necesita en la familia, trato de estar allí. Trato de estar con mi nieto, trato de estar con mi hija, trato de estar con mis amigas; trato, trato de estar en todo lugar al mismo tiempo.  

Esas tres cosas, mujeres: no somos Dios. Solo Dios lo sabe todo, solo Dios es omnisciente. Solo Dios lo puede todo solo es omnipotente. Solo Dios está en todo lugar, solo es omnipresente.  

Quiero decirle algo que quizás nadie se lo haya dicho. Preparando este sermón he escuchado 25 podcast, 300 sermones y me leí 40 libros. Pero hubo uno que me rompió el corazón. El pastor dijo esto: Mamá, Dios sabe que tú no eres perfecta. Tu familia sabe que tú no eres perfecta. Ahora, la pregunta es: ¿Lo sabes tú? ¿Por qué sigues tratando de hacer todo eso con tus propias fuerzas? ¿Por qué sigues tratando de unir a tu familia con tus propias fuerzas? ¿Por qué sigues tratando de estar en todo lugar cuando estás enferma y necesitas descansar? ¿Por qué? De nuevo les digo: tenemos un solo Dios que es omnisciente, que es omnipotente, que es omnipresente. Hay posibilidad de descanso, si hay posibilidad de descanso porque Dios lo promete.  

Isaías 46:9-10 (RV 1960): 9 Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, 10 que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero. Él dijo que sabía todo desde el principio. Y dice Dios: Y haré todo lo que quiero.  

Madres lindas de mi corazón, ¿de qué me vale frustrarme y pensar que soy un fracaso porque no puedo resolver el problema de mis hijos? ¿No sería mejor traer todos esos problemas a los pies del que realmente puede hacer algo? Él lo puede hacer, yo no puedo, yo tengo un límite. Me lo estoy diciendo yo. Le pueden preguntar a mi esposo. Me he pasado la semana diciendo: Voy a hablar de descanso, tengo que descansar. Voy a hablar de descanso, tengo que descansar. Y así, yo decía: computadora no, me iba con mi Biblia para mi sofá, y ahí me sentaba y me repetía: “Voy a descansar en Dios.” Y los gritos, y los mensajes, pero yo decía: Voy a descansar en Dios.  En mi casa, que nunca se pelean, se revolvió el mar. Y le dije a Jocsan: No, no puedo. Yo tengo que regresar a descansar. Voy a ponerlo en las manos del que puede hacer algo: de mi Dios. Él es el omnisciente, él es el omnipotente, él es el omnipresente.’ 

Jeremías 23: 23-24 (RV 1960): 23 ¿Soy yo Dios de cerca solamente, dice Jehová, y no Dios desde muy lejos? 24 ¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra?

¡Ay, hermanas! Hermanas y hermanos, porque yo sé que hay muchos padres que también tratan de hacer lo mismo, que también tratan de resolver con sus recursos, que también tratan de estar en todo lugar. Hoy no le puse el ejemplo de estar en todo lugar porque se me quedaron como mirando. ‘Yo no trato de estar en todo lugar.’ Sí, sí trata. Usted trata de estar en todo lugar. Trata de estar, por ejemplo, ahora mismo en la celebración. Usted está hablando con su esposo, y sin embargo su hijo (o su hija) le está texteando que tiene un problema: que se le quedó el abrigo, que vino sin el abrigo. Y usted: ¡qué! ¿Qué hago? ¿A quién se lo pido? ¿Quién me va a recoger? Y no quiero decirle a mi esposo que no, ni quiero decirle a mi hijo que no. Entonces trato de hablar con mi esposo y hablar con mi hijo al mismo tiempo. Mira, trato de hacer las dos cosas, y no estoy ni allá ni acá. Mi esposo me tiene prohibido eso. Ustedes, los que me hablan en la semana, saben que a las 3:30 yo digo: ‘Cuelga, cuelga, que Jocsan va a salir.’ Cuando Jocsan sale de trabajar, me dice: Ciérrame ese teléfono. No me deja estar hablando con él y hacer algo más. Nosotros no podemos hacer varias cosas al mismo tiempo, aunque las mujeres pensemos que sí. Sí, usted puede lavar y puede limpiar y puede hacer la comida. Pero a la hora de atender una persona, resolver un problema, tomar una decisión, mejor decide estar en un solo lugar. Porque omnipresente solo Dios.  

Mateo 11:28 (RV 1960): 28 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Si hay alguien que tiene su “currículum” esas cosas que dice ahí de trabajados y cargados, son nuestras madres. Dios nos promete descanso, pero tenemos que venir a Él.  

Tampoco es que digamos: ¿Sabes qué? No voy a hacer las cosas. No voy a llenar las planillas de inmigración. No, no voy a pasar ese curso en el trabajo, porque estoy descansando. No, eso es haraganería. No nos iremos hasta allá, hasta el extremo.  Significa que yo conozca mi límite humano. Que sí, Dios me dio fuerzas para hacer muchísimas cosas como madre, pero cuando llegue el límite, yo debo decir: Este es el momento de parar y dejar a Dios ser Dios en mi vida. Porque Dios está más preocupado con mi salvación que con cuánto dinero tengo en la cuenta bancaria, cuántas promociones tengo en mi trabajo, a cuál universidad irá nuestros hijos. 

La mayor preocupación de Dios es: ¿Me estoy acercando a Cristo? Y como madre, ¿estoy acercando a mis hijos a Cristo?’  

¿De qué me vale hacer todo eso y estar frustrada, cansada y rabiosa porque no lo pude terminar? Sentirme como un fracaso de madre. Decir: Ya ni lo quiero celebrar. Al final, ¿para qué? Tenemos la posibilidad del descanso de Dios.  

Que dice Dios: Mira, hijas e hijos míos, yo les voy a dar recursos para que ustedes trabajen. Hay obras que están destinadas desde el principio de la creación para ustedes. Ustedes las hacen. Y cuando ya empiecen a tropezar con el imposible, es el momento de decir: Vamos Padre, vamos a la batalla. Vamos a la batalla, porque la batalla es de Jehová. “La batalla es de Jehová”. Hermanos, y Él no ha perdido una sola batalla. ¿Para qué nos seguimos peleando solos? Él no ha perdido una sola batalla. Entonces, pongamos todo, absolutamente todo, en las manos de Jehová. Cuando nosotras, las madres, aprendamos a detenernos antes de desgastarnos, es cuando lograremos descansar en Dios. Reconocer cuando debemos decir: Este es un momento de oración y de confiar en Dios. El amor de Cristo que se va a crear en nosotros, y mi relación con el Señor, van a ser agua viva que va a nutrir el resto de la familia.  

¿Qué es mejor? Guiar a nuestra familia con frustración y sentimiento de fracaso, o decir: El Señor está en control. ¡Vamos a gozarnos! ¡Vamos a poner unas buenas alabanzas! ¡Vamos a esperar en el Señor! Ya hicimos nuestra parte, ahora vamos a dejar que entre el Señor, que entre el León de Judá. Que entre aquel que no ha perdido una batalla. Que entre aquel para el cual nada es imposible. Que entre aquel que no tiene escasez de recursos. Aquel que no duerme.  

Escuché una vez a Paul Washer decir esto. Dice que él trata con muchos misioneros, y dice: Cuando llega la hora de dormir, yo hago la oración más corta del día. Él se pone de rodillas y le dice: Señor, tú sabes. Señor, tú sabes. Que tu nombre sea exaltado. Se levanta y se va a dormir. Dice: ‘Yo puedo dormir porque Él no duerme.’  Y yo dije: ¿Sabes qué? Voy a empezar a aplicar eso. Y también se los propongo a ustedes.  

Ahora bien, hay un descanso todavía más importante. Quizás no aprendamos a descansar aquí en la tierra, pero hay un descanso que no podemos perder. Y el descanso es este.  

Hebreos 4: 6-7 (NTV): 6 6 Así que el descanso de Dios está disponible para que la gente entre, pero los primeros en oír esta buena noticia no entraron, porque desobedecieron a Dios. 7 Entonces Dios fijó otro tiempo para entrar en su descanso, y ese tiempo es hoy. Lo anunció mucho más tarde por medio de David en las palabras que ya se han citado: «Cuando oigan hoy su voz no endurezcan el corazón. 

Dios está declarando que su descanso está disponible para que la gente entre. Hay un descanso que Dios está ofreciendo para todos: para madres, padres, hijos, niños. Todos los que estén escuchando. Él está diciendo: El descanso en Dios está disponible hoy. Aquí, el descanso que estamos hablando es el descanso y la vida eterna. 

Hermanos, de nada nos vale que pasemos aquí una vida muy buena y entretenida, si cuando cerremos los ojos nos vamos a ir al infierno. Hay una realidad: absolutamente todo, todo, todo ser humano ha pecado y está destituido de la gloria de Dios. Eso tenemos que saberlo como el ABC. Usted no me puede decir que no, que mi abuelita nunca pecó. Su abuelita tuvo 15 años, por favor, atiéndame, su abuela ha pecado como todos los demás. Todos hemos pecado, absolutamente todos hemos pecado. 

¿Cuál es el primer mandamiento? Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón. Nadie, excepto Jesucristo en este planeta, ha amado a Dios con todo su corazón, solamente con incumplir ese mandamiento estamos ofendiendo a Dios. ¿Y qué merecemos? El infierno. Y si Dios no hubiera dicho nada, si Dios no hubiera hecho nada, ahí terminaríamos todos. Pero no, hay un descanso. Hay un descanso eterno que está disponible. 

¿Cómo podemos entrar a ese descanso si realmente nosotros tenemos pecados, tenemos deudas que no podemos pagar? ¿Cómo podemos un día tener vida eterna?  

Juan 3:16 (RV 1960): 16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Nuestro Dios todopoderoso no solamente quiere meterse en nuestra vida diaria ni en la de nuestros hijos; Él realmente quiere saber su corazón donde está. Saber si ¿somos salvos o no somos salvos? ¿Si hemos nacido de nuevo o no hemos nacido de nuevo?  Dice que tanto Él nos amó, que dio a su Hijo, a su único Hijo, para que Jesús fuera a la cruz y pagar por los pecados de todos los que hayamos creído en Él. 

Yo pido perdón por mis pecados. Yo me arrepiento. Le digo: Señor, me arrepiento de mis pecados. Yo quiero una vida nueva hoy. Yo quiero que tú seas mi Señor y mi Salvador. Yo quiero estar justificado delante de ti. Yo quiero esa vida eterna y ese descanso, que dice Hebreos 4:6, que está disponible para mí. Yo no quiero endurecer mi corazón.

Entonces, hoy quiero poner eso delante de usted. Si usted nunca ha recibido a Cristo como Señor y Salvador, y está peleando esta vida con sus propias fuerzas, si usted tiene una madre cristiana, no hay mejor regalo que ese: que usted hoy pueda recibir a Cristo como Señor y Salvador, y decirle: Mamá, yo hoy soy una nueva criatura en Cristo.  Los chocolates y lo que le haya regalado (así sea un Lamborghini) se quedan pequeños ante el regalo para una madre cristiana que su hijo reciba Cristo y alcance la vida eterna en el día de las madres.  

Entonces: vayamos por ese descanso. No solamente el descanso aquí, en el que conscientemente decimos que no somos Dios, que somos limitados, pero que podemos tener nuestra vida en Él. No solamente la vida de ahora, sino nuestra vida eterna.  

Terminemos dándole gracias a Dios y diciendo que su nombre sea glorificado por siempre.

Oremos: Padre nuestro, Señor bendito, alabado sea tu nombre. Señor, pongo en estos momentos en tus manos cada persona que está aquí. Señor, en primer lugar quiero poner en tus manos a nuestras bellas madres: las madres del cuerpo de Cristo, las madres biológicas, las madres espirituales; Señor, tú conoces su dolor como nadie más lo conoce. Tú conoces lo que tratan de hacer con sus propias fuerzas, Señor, por amor a sus hijos, por amor a su familia. Padre, te pido que hoy sea el día en que ellas empiezan a aprender a descansar. Yo sé que no va a ser fácil, pero que sea el día hoy, Señor, en que comiencen a dar sus primeros pasos en descansar en ti. En decir: “Yo tengo límites, pero mi Dios no tiene. Mis recursos se están acabando, pero mi Dios es el dueño del oro y la plata. Yo no sé, yo no sé cuál será la respuesta de inmigración, pero mi Dios la sabe. Él es el que firma, Señor, esas actas. Él es el que pone y quita reyes.” Señor, te pido que nuestro corazón aprenda a depender exclusivamente de ti. Señor, que podamos recibir ese descanso, no solamente el de aquí, sino el descanso eterno. Padre, que todos hayamos recibido salvación. Que conozcamos a Cristo de frente y lo encontremos cada día, Señor, en la oración, en esa búsqueda del alma, esa búsqueda de la voluntad de nuestro Señor. Si hay alguien aquí, Señor, que aún no te conoce, te pido por su alma. Sé que eres tú el que abre los ojos, Señor. Sé que eres tú el que abre los corazones. Sé que eres tú el que da vida eterna, Padre; pero también sé que nosotros somos los que damos el paso adelante y decimos: “Sí, yo quiero pedir perdón por mis pecados. Sí, yo quiero recibir esa vida eterna.”  

Si en estos momentos alguien, Señor, quiere recibir esa vida eterna, quiere entrar a ese descanso, puede levantar la mano. Hay personas caminando por los pasillos que van a ir hasta ellos y lo van a ayudar a esa oración, a esa oración de fe, que le permita recibir a Cristo como Señor y Salvador de su vida, y empezar una vida hoy que no se compara con absolutamente nada que ellos hayan conocido.  

Una vez más, Señor, nos ponemos en tus manos. Te damos a ti absolutamente toda la gloria y toda la honra. En el nombre de Cristo Jesús, amén.

Compartir esta entrada
  • Compartir en Facebook
  • Compartir en Twitter
  • Compartir en Google+
  • Compartir en Linkedin
  • Compartir en Tumblr
  • Compartir por correo
Quizás te interese
Sermones Cristianos - Hno. Avelino Puello - Iglesia Bautista TBB El Redentor - Iglesia Cristiana La bondad de Dios
Sermones Cristianos - Hno. Avelino Puello - Iglesia Bautista TBB El Redentor - Iglesia Cristiana La Paz
sermones del pastor david rodriguez Santa Cena
Sermones Cristianos del Pastor David Rodriguez - Iglesia Bautista TBB El Redentor - Iglesia Cristiana Mejor que el oro y la plata
Sermones Cristianos del Pastor David Rodriguez - Iglesia Bautista TBB El Redentor - Iglesia Cristiana Las dudas de los cristianos
Sermones Cristianos del Pastor David Rodriguez - Iglesia Bautista TBB El Redentor - Iglesia Cristiana Gracias a Dios en todo tiempo

TBB El Redentor

2551 East 49 Ave|Vancouver, BC
V5S 1J6
Tfno: 604.659.4225
Servicios:
Domingos 2pm y 6:30pm
Miércoles 7pm

Enlaces

Pan Diario
La Biblia

Sermones Recientes

  • Sermones Cristianos - Iglesia Bautista TBB El Redentor - Iglesia CristianaQuerida mamá, descansa en el Señormayo 11, 2025 - 2:00 pm
  • Sermones Cristianos del Pastor David Rodriguez - Iglesia Bautista TBB El Redentor - Iglesia Cristiana5 días despuésabril 13, 2025 - 2:00 pm
  • Sermones Cristianos - Iglesia Bautista TBB El Redentor - Iglesia Cristiana10 veces más sabiosmarzo 30, 2025 - 6:30 pm

Ultimas Noticias

  • Mes del amor y la amistad - Iglesia Bautista TBB El Redentor - Iglesia CristianaPracticando la amistad bíblicafebrero 28, 2025 - 1:30 am
  • 300 valientes - Iglesia Bautista TBB El Redentor - Iglesia Cristiana300 valientesoctubre 13, 2024 - 4:16 pm
  • Noticias– Iglesia Cristiana - Iglesia Bautista TBB El RedentorAniversario 36 y noche Pro-templo 2024septiembre 24, 2024 - 12:23 am
  • ¡Este 10 de Agosto en TBB!agosto 7, 2024 - 11:47 pm
  • Noticias– Iglesia Cristiana - Iglesia Bautista TBB El RedentorNavidad: Celebrando el Verdadero Regalodiciembre 5, 2023 - 10:52 am

Más visitadas

  • Iglesia
  • Horarios
  • Campaña Pro-templo
  • Pastor David
  • Quién es Dios
  • Misiones
  • Casas de Oración
  • Contactar

Nuestro boletín

¡Suscríbete!
© 2018 · Derechos Reservados · All Rights Reserved · elredentor.com · tel.604.659.4225
  • Instagram
  • Facebook
  • Youtube
  • Twitter
  • Mail
5 días después Sermones Cristianos del Pastor David Rodriguez - Iglesia Bautista TBB El Redentor - Iglesia Cristiana
Desplazarse hacia arriba