Dios sigue siendo Dios. Él sigue siendo bueno. Él sigue estando en control. Y no le sorprende ni asusta esta situación. Creemos que ahora, como siempre, está obrando e invitándonos a unirnos a Él en esta obra.

Con la incertidumbre con el brote de coronavirus (COVID-19), ahora es el momento de responder con sabiduría, compasión y fe, sobretodo ante los que no conocen de Jesucristo.

Este virus, al mismo tiempo que demuestra nuestra fragilidad, debe llevarnos a buscar más de Dios, a depender más de Él, practicar nuestra confianza en quien es nuestra única fuente de salvación y de esperanza.

Es natural sentirnos tentados a imitar las respuestas de pánico de los que nos rodean, pero como cristianos debemos seguir siendo luz en un mundo de oscuridad. Tomemos unos minutos para poder restablecer nuestro gozo y nuestra paz:

Hay mucho, mucho más que podemos hacer como hijos de Dios en un momento tan estresante para nuestra comunidad. Estar sentados en una esquina de nuestra casa contando nuestros papeles sanitarios y desinfectantes no es lo que va a hacer avanzar el reino de Dios en el 2020.

Lo que sucede actualmente solo nos demuestra una vez más que el control de nuestra vida no está en nuestras manos, está en las de Dios. ¡Y esa es la mejor de las noticias!
Pidamosle a Dios que nos de oportunidades de decirle las buenas nuevas de Cristo a todo el que nos conozca. Sigamos confiando y esperando grandes cosas en Él, manteniendo unidad y comunión como iglesia.